


El Día Internacional de la Mujer no es solo una conmemoración, es un recordatorio del largo camino recorrido en la lucha por la igualdad de género y de los desafíos que aún persisten. Desde su origen en el movimiento obrero del siglo XIX hasta su oficialización por la ONU en 1975, el 8M representa la resistencia, la voz y la acción de millones de mujeres en todo el mundo.
Un poco de historia
El 8 de marzo tiene raíces profundas en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres. En 1908, 15,000 mujeres marcharon en Nueva York exigiendo mejores condiciones laborales, salarios justos y el derecho al voto. Dos años después, la activista Clara Zetkin propuso establecer un Día Internacional de la Mujer en la Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras en Copenhague, lo que marcó un hito en la lucha feminista.

Desde entonces, la fecha se ha convertido en un símbolo de resistencia y un espacio para exigir equidad en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Por qué seguimos luchando?
A pesar de los avances, la desigualdad de género sigue siendo una realidad en el mundo:
2,700 millones de mujeres no tienen las mismas oportunidades laborales que los hombres.
Menos del 25% de los escaños parlamentarios en el mundo están ocupados por mujeres.
Solo el 7% de los CEOs de las 500 empresas más grandes del mundo son mujeres.
1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia de género.
La brecha salarial de género podría tardar hasta 2086 en cerrarse si no aceleramos el cambio.
Ejemplos de desigualdades que persisten
Educación y pobreza: Las mujeres representan casi dos tercios de la población analfabeta mundial.
Trabajo y salarios: A pesar de estar igual o más calificadas que los hombres, siguen ganando menos y ocupando menos cargos de liderazgo.
Violencia de género: Más de 200 millones de mujeres han sido víctimas de mutilación genital femenina en al menos 30 países.
Explotación y matrimonio infantil: El 94% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres, y cada 2 segundos una niña es obligada a casarse en algún lugar del mundo.
El 8M es un llamado a la acción
Este día no solo nos invita a conmemorar, sino a actuar. La verdadera igualdad solo será posible con políticas públicas y privadas comprometidas, con acciones concretas que eliminen barreras y con una transformación cultural que erradique estereotipos.
💜 ¿Cómo podemos contribuir?
Visibilizando la desigualdad.
Ampliando las voces de las mujeres en todos los espacios.
Impulsando cambios en nuestros entornos laborales y personales.
Descarga el documento completo sobre la importancia del 8M aquí:
📥 Descargar
Sigamos avanzando hacia un mundo más justo, libre de violencia y discriminación. Porque la igualdad no es un privilegio, es un derecho.
El Día Internacional de la Mujer no es solo una conmemoración, es un recordatorio del largo camino recorrido en la lucha por la igualdad de género y de los desafíos que aún persisten. Desde su origen en el movimiento obrero del siglo XIX hasta su oficialización por la ONU en 1975, el 8M representa la resistencia, la voz y la acción de millones de mujeres en todo el mundo.
Un poco de historia
El 8 de marzo tiene raíces profundas en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres. En 1908, 15,000 mujeres marcharon en Nueva York exigiendo mejores condiciones laborales, salarios justos y el derecho al voto. Dos años después, la activista Clara Zetkin propuso establecer un Día Internacional de la Mujer en la Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras en Copenhague, lo que marcó un hito en la lucha feminista.

Desde entonces, la fecha se ha convertido en un símbolo de resistencia y un espacio para exigir equidad en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Por qué seguimos luchando?
A pesar de los avances, la desigualdad de género sigue siendo una realidad en el mundo:
2,700 millones de mujeres no tienen las mismas oportunidades laborales que los hombres.
Menos del 25% de los escaños parlamentarios en el mundo están ocupados por mujeres.
Solo el 7% de los CEOs de las 500 empresas más grandes del mundo son mujeres.
1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia de género.
La brecha salarial de género podría tardar hasta 2086 en cerrarse si no aceleramos el cambio.
Ejemplos de desigualdades que persisten
Educación y pobreza: Las mujeres representan casi dos tercios de la población analfabeta mundial.
Trabajo y salarios: A pesar de estar igual o más calificadas que los hombres, siguen ganando menos y ocupando menos cargos de liderazgo.
Violencia de género: Más de 200 millones de mujeres han sido víctimas de mutilación genital femenina en al menos 30 países.
Explotación y matrimonio infantil: El 94% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres, y cada 2 segundos una niña es obligada a casarse en algún lugar del mundo.
El 8M es un llamado a la acción
Este día no solo nos invita a conmemorar, sino a actuar. La verdadera igualdad solo será posible con políticas públicas y privadas comprometidas, con acciones concretas que eliminen barreras y con una transformación cultural que erradique estereotipos.
💜 ¿Cómo podemos contribuir?
Visibilizando la desigualdad.
Ampliando las voces de las mujeres en todos los espacios.
Impulsando cambios en nuestros entornos laborales y personales.
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Sigamos avanzando hacia un mundo más justo, libre de violencia y discriminación. Porque la igualdad no es un privilegio, es un derecho.
El Día Internacional de la Mujer no es solo una conmemoración, es un recordatorio del largo camino recorrido en la lucha por la igualdad de género y de los desafíos que aún persisten. Desde su origen en el movimiento obrero del siglo XIX hasta su oficialización por la ONU en 1975, el 8M representa la resistencia, la voz y la acción de millones de mujeres en todo el mundo.
Un poco de historia
El 8 de marzo tiene raíces profundas en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres. En 1908, 15,000 mujeres marcharon en Nueva York exigiendo mejores condiciones laborales, salarios justos y el derecho al voto. Dos años después, la activista Clara Zetkin propuso establecer un Día Internacional de la Mujer en la Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras en Copenhague, lo que marcó un hito en la lucha feminista.

Desde entonces, la fecha se ha convertido en un símbolo de resistencia y un espacio para exigir equidad en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Por qué seguimos luchando?
A pesar de los avances, la desigualdad de género sigue siendo una realidad en el mundo:
2,700 millones de mujeres no tienen las mismas oportunidades laborales que los hombres.
Menos del 25% de los escaños parlamentarios en el mundo están ocupados por mujeres.
Solo el 7% de los CEOs de las 500 empresas más grandes del mundo son mujeres.
1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia de género.
La brecha salarial de género podría tardar hasta 2086 en cerrarse si no aceleramos el cambio.
Ejemplos de desigualdades que persisten
Educación y pobreza: Las mujeres representan casi dos tercios de la población analfabeta mundial.
Trabajo y salarios: A pesar de estar igual o más calificadas que los hombres, siguen ganando menos y ocupando menos cargos de liderazgo.
Violencia de género: Más de 200 millones de mujeres han sido víctimas de mutilación genital femenina en al menos 30 países.
Explotación y matrimonio infantil: El 94% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres, y cada 2 segundos una niña es obligada a casarse en algún lugar del mundo.
El 8M es un llamado a la acción
Este día no solo nos invita a conmemorar, sino a actuar. La verdadera igualdad solo será posible con políticas públicas y privadas comprometidas, con acciones concretas que eliminen barreras y con una transformación cultural que erradique estereotipos.
💜 ¿Cómo podemos contribuir?
Visibilizando la desigualdad.
Ampliando las voces de las mujeres en todos los espacios.
Impulsando cambios en nuestros entornos laborales y personales.
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Sigamos avanzando hacia un mundo más justo, libre de violencia y discriminación. Porque la igualdad no es un privilegio, es un derecho.