Educación

Educación infantil de 0 a 3 años en Canarias: un derecho pendiente para muchas familias

Educación infantil de 0 a 3 años en Canarias: un derecho pendiente para muchas familias

Educación infantil de 0 a 3 años en Canarias: un derecho pendiente para muchas familias

19 jul 2025

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boy holding green mask
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Durante décadas, acceder a una plaza pública de educación infantil de 0 a 3 años en Canarias ha sido una misión complicada. Mientras que en otras comunidades el sistema fue ampliándose poco a poco, en el archipiélago este servicio básico ha llegado con desigualdad y a un ritmo desigual.

Muchas familias han tenido que improvisar: dejar trabajos, recurrir a abuelos, pagar servicios privados o asumir la crianza sin apoyo externo. Porque no había alternativa pública y accesible.

La educación infantil no es solo cuidado: es un derecho social

Lejos de ser una etapa “previa” a la educación formal, los 0 a 3 años constituyen un momento clave en el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y niñas. Los expertos lo tienen claro: invertir en esta etapa reduce desigualdades, mejora el futuro rendimiento escolar y favorece la equidad desde los primeros años.

Además, garantiza una conciliación real para las familias, permitiendo que madres y padres puedan incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones.

¿Qué ocurre en Canarias?

Aunque desde los años 90 se han impulsado redes públicas de escuelas infantiles en distintos municipios, la oferta sigue siendo claramente insuficiente. En zonas rurales, entornos desfavorecidos o islas no capitalinas, directamente no existe oferta pública. Y donde la hay, las listas de espera son recurrentes.

Esto genera una desigualdad territorial evidente: mientras algunos municipios cuentan con centros modernos y ratios adecuadas, en otros ni siquiera hay plazas disponibles.

El compromiso de OCIDE con la educación desde la base

En OCIDE creemos firmemente que la educación infantil debe estar garantizada como un derecho universal, no como un privilegio para quienes pueden pagarlo. Por eso colaboramos con ayuntamientos y entidades públicas para el diseño, gestión y apoyo a redes de escuelas infantiles y servicios complementarios de atención a la primera infancia.

Nuestro modelo se basa en:

  • Personal educativo cualificado.

  • Espacios seguros, estimulantes y accesibles.

  • Planificaciones pedagógicas adaptadas a cada etapa.

  • Participación activa de las familias.

Mirar al futuro con una mirada inclusiva

Si queremos una Canarias más justa, debemos empezar desde el principio. Y eso implica que todos los niños y niñas —vivan donde vivan— tengan acceso a una educación infantil de calidad.

Porque educar desde los cero años no es adelantar contenidos. Es garantizar derechos desde el primer día.

Durante décadas, acceder a una plaza pública de educación infantil de 0 a 3 años en Canarias ha sido una misión complicada. Mientras que en otras comunidades el sistema fue ampliándose poco a poco, en el archipiélago este servicio básico ha llegado con desigualdad y a un ritmo desigual.

Muchas familias han tenido que improvisar: dejar trabajos, recurrir a abuelos, pagar servicios privados o asumir la crianza sin apoyo externo. Porque no había alternativa pública y accesible.

La educación infantil no es solo cuidado: es un derecho social

Lejos de ser una etapa “previa” a la educación formal, los 0 a 3 años constituyen un momento clave en el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y niñas. Los expertos lo tienen claro: invertir en esta etapa reduce desigualdades, mejora el futuro rendimiento escolar y favorece la equidad desde los primeros años.

Además, garantiza una conciliación real para las familias, permitiendo que madres y padres puedan incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones.

¿Qué ocurre en Canarias?

Aunque desde los años 90 se han impulsado redes públicas de escuelas infantiles en distintos municipios, la oferta sigue siendo claramente insuficiente. En zonas rurales, entornos desfavorecidos o islas no capitalinas, directamente no existe oferta pública. Y donde la hay, las listas de espera son recurrentes.

Esto genera una desigualdad territorial evidente: mientras algunos municipios cuentan con centros modernos y ratios adecuadas, en otros ni siquiera hay plazas disponibles.

El compromiso de OCIDE con la educación desde la base

En OCIDE creemos firmemente que la educación infantil debe estar garantizada como un derecho universal, no como un privilegio para quienes pueden pagarlo. Por eso colaboramos con ayuntamientos y entidades públicas para el diseño, gestión y apoyo a redes de escuelas infantiles y servicios complementarios de atención a la primera infancia.

Nuestro modelo se basa en:

  • Personal educativo cualificado.

  • Espacios seguros, estimulantes y accesibles.

  • Planificaciones pedagógicas adaptadas a cada etapa.

  • Participación activa de las familias.

Mirar al futuro con una mirada inclusiva

Si queremos una Canarias más justa, debemos empezar desde el principio. Y eso implica que todos los niños y niñas —vivan donde vivan— tengan acceso a una educación infantil de calidad.

Porque educar desde los cero años no es adelantar contenidos. Es garantizar derechos desde el primer día.

Durante décadas, acceder a una plaza pública de educación infantil de 0 a 3 años en Canarias ha sido una misión complicada. Mientras que en otras comunidades el sistema fue ampliándose poco a poco, en el archipiélago este servicio básico ha llegado con desigualdad y a un ritmo desigual.

Muchas familias han tenido que improvisar: dejar trabajos, recurrir a abuelos, pagar servicios privados o asumir la crianza sin apoyo externo. Porque no había alternativa pública y accesible.

La educación infantil no es solo cuidado: es un derecho social

Lejos de ser una etapa “previa” a la educación formal, los 0 a 3 años constituyen un momento clave en el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y niñas. Los expertos lo tienen claro: invertir en esta etapa reduce desigualdades, mejora el futuro rendimiento escolar y favorece la equidad desde los primeros años.

Además, garantiza una conciliación real para las familias, permitiendo que madres y padres puedan incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones.

¿Qué ocurre en Canarias?

Aunque desde los años 90 se han impulsado redes públicas de escuelas infantiles en distintos municipios, la oferta sigue siendo claramente insuficiente. En zonas rurales, entornos desfavorecidos o islas no capitalinas, directamente no existe oferta pública. Y donde la hay, las listas de espera son recurrentes.

Esto genera una desigualdad territorial evidente: mientras algunos municipios cuentan con centros modernos y ratios adecuadas, en otros ni siquiera hay plazas disponibles.

El compromiso de OCIDE con la educación desde la base

En OCIDE creemos firmemente que la educación infantil debe estar garantizada como un derecho universal, no como un privilegio para quienes pueden pagarlo. Por eso colaboramos con ayuntamientos y entidades públicas para el diseño, gestión y apoyo a redes de escuelas infantiles y servicios complementarios de atención a la primera infancia.

Nuestro modelo se basa en:

  • Personal educativo cualificado.

  • Espacios seguros, estimulantes y accesibles.

  • Planificaciones pedagógicas adaptadas a cada etapa.

  • Participación activa de las familias.

Mirar al futuro con una mirada inclusiva

Si queremos una Canarias más justa, debemos empezar desde el principio. Y eso implica que todos los niños y niñas —vivan donde vivan— tengan acceso a una educación infantil de calidad.

Porque educar desde los cero años no es adelantar contenidos. Es garantizar derechos desde el primer día.