Clubes Privados y Comunidad

Clubes privados en Canarias: motores discretos del tejido social insular

Clubes privados en Canarias: motores discretos del tejido social insular

Clubes privados en Canarias: motores discretos del tejido social insular

11 jun 2025

11 jun 2025

11 jun 2025

Clubes privados: identidad, tradición y encuentro

Desde el Real Club Náutico de Tenerife (fundado en 1902) hasta el Club de Campo La Calzada en Gran Canaria, los clubes privados han tejido parte de la historia social canaria. Nacieron como lugares de deporte y recreo, pero su auténtica fuerza radica en la capacidad de reunir, bajo un mismo techo, a personas de distintas edades, profesiones y orígenes. Según el último censo deportivo regional, unas 38.000 familias están vinculadas de forma directa a algún club privado en las islas. Esa comunidad latente es un recurso social de primer orden.

Del servicio exclusivo al impacto comunitario

El contexto de 2025 familias más diversas, mayores con vida activa y necesidad de conciliación exige propuestas inclusivas y adaptadas. Aquí los clubes pueden transformar su modelo: el espacio donde antes solo se practicaba tenis ahora acoge talleres STEAM para adolescentes, el salón social donde se celebraban cenas de gala se convierte por las mañanas en ludoteca de respiro familiar y la piscina cubierta reserva calles para hidroterapia de mayores. Esta evolución ya es tangible: el Club Náutico de La Palma puso en marcha en 2024 un programa de voluntariado intergeneracional que conecta socios sénior con niños en refuerzo lector, con un 92 % de asistencia regular.

Ejemplos que inspiran

  • Club Deportivo Tamaraceite (Gran Canaria): lanzó “Verano Sin Brecha”, cinco semanas de refuerzo y deporte que evitaron la pérdida académica estival en 120 escolares, según pruebas comparativas realizadas con el CEIP cercano.

  • Real Club Victoria (Las Palmas): ofrece desde 2023 un servicio de respiro familiar los sábados para cuidadores de personas con dependencia, con apoyo de la Asociación de Alzheimer de Gran Canaria.

  • Club Náutico de Santa Cruz: adapta su aula polivalente como hub cultural donde autores canarios presentan libros y se realizan ciclos de cine en versión original, abiertos a socios y vecinos del barrio de Los Hoteles.

Colaborar para sumar: el modelo OCIDE

Desarrollar estas iniciativas no tiene por qué implicar una carga extra para las juntas directivas. OCIDE, con más de 26 años diseñando y gestionando programas educativos, sociales y deportivos, acompaña a los clubes en cada fase: diagnóstico de necesidades, diseño de proyectos alineados con su identidad, formación de personal y evaluación de impacto. La clave es una oferta a medida que mantenga la esencia del club y, al mismo tiempo, abra sus puertas a nuevos públicos y alianzas con entidades locales. Sumar no significa complicarse; significa contar con el equipo adecuado para convertir la infraestructura ociosa en servicio útil.

Ocio que hila comunidad

Los clubes privados ya no son solo instalaciones selectas; son nodos con un potencial enorme para fortalecer la red social insular. Cuando pasan de ofrecer “servicios” a generar vínculos, cuidados y proyectos con sentido, benefician tanto a sus socios como a su entorno. En una Canarias que busca modelos de convivencia más inclusivos, los clubes tienen la oportunidad y la responsabilidad de convertirse en agentes de cambio. OCIDE está listo para acompañarlos en ese camino, porque tejer comunidad es un juego de equipo.

Clubes privados: identidad, tradición y encuentro

Desde el Real Club Náutico de Tenerife (fundado en 1902) hasta el Club de Campo La Calzada en Gran Canaria, los clubes privados han tejido parte de la historia social canaria. Nacieron como lugares de deporte y recreo, pero su auténtica fuerza radica en la capacidad de reunir, bajo un mismo techo, a personas de distintas edades, profesiones y orígenes. Según el último censo deportivo regional, unas 38.000 familias están vinculadas de forma directa a algún club privado en las islas. Esa comunidad latente es un recurso social de primer orden.

Del servicio exclusivo al impacto comunitario

El contexto de 2025 familias más diversas, mayores con vida activa y necesidad de conciliación exige propuestas inclusivas y adaptadas. Aquí los clubes pueden transformar su modelo: el espacio donde antes solo se practicaba tenis ahora acoge talleres STEAM para adolescentes, el salón social donde se celebraban cenas de gala se convierte por las mañanas en ludoteca de respiro familiar y la piscina cubierta reserva calles para hidroterapia de mayores. Esta evolución ya es tangible: el Club Náutico de La Palma puso en marcha en 2024 un programa de voluntariado intergeneracional que conecta socios sénior con niños en refuerzo lector, con un 92 % de asistencia regular.

Ejemplos que inspiran

  • Club Deportivo Tamaraceite (Gran Canaria): lanzó “Verano Sin Brecha”, cinco semanas de refuerzo y deporte que evitaron la pérdida académica estival en 120 escolares, según pruebas comparativas realizadas con el CEIP cercano.

  • Real Club Victoria (Las Palmas): ofrece desde 2023 un servicio de respiro familiar los sábados para cuidadores de personas con dependencia, con apoyo de la Asociación de Alzheimer de Gran Canaria.

  • Club Náutico de Santa Cruz: adapta su aula polivalente como hub cultural donde autores canarios presentan libros y se realizan ciclos de cine en versión original, abiertos a socios y vecinos del barrio de Los Hoteles.

Colaborar para sumar: el modelo OCIDE

Desarrollar estas iniciativas no tiene por qué implicar una carga extra para las juntas directivas. OCIDE, con más de 26 años diseñando y gestionando programas educativos, sociales y deportivos, acompaña a los clubes en cada fase: diagnóstico de necesidades, diseño de proyectos alineados con su identidad, formación de personal y evaluación de impacto. La clave es una oferta a medida que mantenga la esencia del club y, al mismo tiempo, abra sus puertas a nuevos públicos y alianzas con entidades locales. Sumar no significa complicarse; significa contar con el equipo adecuado para convertir la infraestructura ociosa en servicio útil.

Ocio que hila comunidad

Los clubes privados ya no son solo instalaciones selectas; son nodos con un potencial enorme para fortalecer la red social insular. Cuando pasan de ofrecer “servicios” a generar vínculos, cuidados y proyectos con sentido, benefician tanto a sus socios como a su entorno. En una Canarias que busca modelos de convivencia más inclusivos, los clubes tienen la oportunidad y la responsabilidad de convertirse en agentes de cambio. OCIDE está listo para acompañarlos en ese camino, porque tejer comunidad es un juego de equipo.

Clubes privados: identidad, tradición y encuentro

Desde el Real Club Náutico de Tenerife (fundado en 1902) hasta el Club de Campo La Calzada en Gran Canaria, los clubes privados han tejido parte de la historia social canaria. Nacieron como lugares de deporte y recreo, pero su auténtica fuerza radica en la capacidad de reunir, bajo un mismo techo, a personas de distintas edades, profesiones y orígenes. Según el último censo deportivo regional, unas 38.000 familias están vinculadas de forma directa a algún club privado en las islas. Esa comunidad latente es un recurso social de primer orden.

Del servicio exclusivo al impacto comunitario

El contexto de 2025 familias más diversas, mayores con vida activa y necesidad de conciliación exige propuestas inclusivas y adaptadas. Aquí los clubes pueden transformar su modelo: el espacio donde antes solo se practicaba tenis ahora acoge talleres STEAM para adolescentes, el salón social donde se celebraban cenas de gala se convierte por las mañanas en ludoteca de respiro familiar y la piscina cubierta reserva calles para hidroterapia de mayores. Esta evolución ya es tangible: el Club Náutico de La Palma puso en marcha en 2024 un programa de voluntariado intergeneracional que conecta socios sénior con niños en refuerzo lector, con un 92 % de asistencia regular.

Ejemplos que inspiran

  • Club Deportivo Tamaraceite (Gran Canaria): lanzó “Verano Sin Brecha”, cinco semanas de refuerzo y deporte que evitaron la pérdida académica estival en 120 escolares, según pruebas comparativas realizadas con el CEIP cercano.

  • Real Club Victoria (Las Palmas): ofrece desde 2023 un servicio de respiro familiar los sábados para cuidadores de personas con dependencia, con apoyo de la Asociación de Alzheimer de Gran Canaria.

  • Club Náutico de Santa Cruz: adapta su aula polivalente como hub cultural donde autores canarios presentan libros y se realizan ciclos de cine en versión original, abiertos a socios y vecinos del barrio de Los Hoteles.

Colaborar para sumar: el modelo OCIDE

Desarrollar estas iniciativas no tiene por qué implicar una carga extra para las juntas directivas. OCIDE, con más de 26 años diseñando y gestionando programas educativos, sociales y deportivos, acompaña a los clubes en cada fase: diagnóstico de necesidades, diseño de proyectos alineados con su identidad, formación de personal y evaluación de impacto. La clave es una oferta a medida que mantenga la esencia del club y, al mismo tiempo, abra sus puertas a nuevos públicos y alianzas con entidades locales. Sumar no significa complicarse; significa contar con el equipo adecuado para convertir la infraestructura ociosa en servicio útil.

Ocio que hila comunidad

Los clubes privados ya no son solo instalaciones selectas; son nodos con un potencial enorme para fortalecer la red social insular. Cuando pasan de ofrecer “servicios” a generar vínculos, cuidados y proyectos con sentido, benefician tanto a sus socios como a su entorno. En una Canarias que busca modelos de convivencia más inclusivos, los clubes tienen la oportunidad y la responsabilidad de convertirse en agentes de cambio. OCIDE está listo para acompañarlos en ese camino, porque tejer comunidad es un juego de equipo.